Últimamente estamos asistiendo a una revitalización del debate sobre el sistema electoral. A mi parecer el sistema actual es bastante injusto. Especialmente por la circunscripción provincial, que hace que las provincias muy pobladas como Barcelona o Madrid salgan claramente perjudicadas. La desproporción se acentúa, aunque en menor medida, con la aplicación de la ley D’Hont . El sistema actual intenta reequilibrar el territorio y conseguir la gobernabilidad, pero es claramente injusto y solo beneficia a determinados partidos nacionalistas que desde pequeños reductos, muchas veces se convierten en la llave de la gobernabilidad.
El tema es de vital importancia, sobre todo en época de abstención electoral creciente, debemos buscar fórmulas para intentar hacer más atractiva la política.
En un escrito no podemos analizar en profundidad el sistema electoral vigente, pero existe terreno abonado para el debate, en cuanto al cambio de la ley electoral actual.
Un reciente informe del consejo de estado habla de la posibilidad de cambio, con un nuevo congreso de 500 diputados. Creo que puede comenzar a ser una solución, la división del país en 500 zonas electorales y que cada una eligiera un diputado. Esto no supondría un aumento del coste, pues se podría compensar con la eliminación del Senado, que hoy en día no cumple su función originaria de cámara territorial. Todos estos cambios pueden y deben ser debatidos, pero existe, en mi opinión, un cambio de mayor calado, más profundo, que serian LAS LISTAS ABIERTAS. Se debe comenzar de inmediato un debate sobre el tema.
En un posible congreso con 500 personas y 500 circunscripciones electorales, seria factible elegir un diputado por zona que rindiera cuentas ante los ciudadanos de lo realizado en su circunscripción.
El debate está abierto, en un principio se podría aplicar a nivel local donde los candidatos pueden ser fácilmente reconocibles por los votantes. Además su labor podría ser perfectamente identificada por el ciudadano. Esto obligaría a los partidos a incluir en las listas a las personas que se han significado por su actuación en la zona.
Por supuesto que la puesta en marcha de este nuevo sistema puede generar problemas que deben ser debatidos y corregidos. Pero considero este debate de vital importancia para recuperar la confianza en la política.
El tema es de vital importancia, sobre todo en época de abstención electoral creciente, debemos buscar fórmulas para intentar hacer más atractiva la política.
En un escrito no podemos analizar en profundidad el sistema electoral vigente, pero existe terreno abonado para el debate, en cuanto al cambio de la ley electoral actual.
Un reciente informe del consejo de estado habla de la posibilidad de cambio, con un nuevo congreso de 500 diputados. Creo que puede comenzar a ser una solución, la división del país en 500 zonas electorales y que cada una eligiera un diputado. Esto no supondría un aumento del coste, pues se podría compensar con la eliminación del Senado, que hoy en día no cumple su función originaria de cámara territorial. Todos estos cambios pueden y deben ser debatidos, pero existe, en mi opinión, un cambio de mayor calado, más profundo, que serian LAS LISTAS ABIERTAS. Se debe comenzar de inmediato un debate sobre el tema.
En un posible congreso con 500 personas y 500 circunscripciones electorales, seria factible elegir un diputado por zona que rindiera cuentas ante los ciudadanos de lo realizado en su circunscripción.
El debate está abierto, en un principio se podría aplicar a nivel local donde los candidatos pueden ser fácilmente reconocibles por los votantes. Además su labor podría ser perfectamente identificada por el ciudadano. Esto obligaría a los partidos a incluir en las listas a las personas que se han significado por su actuación en la zona.
Por supuesto que la puesta en marcha de este nuevo sistema puede generar problemas que deben ser debatidos y corregidos. Pero considero este debate de vital importancia para recuperar la confianza en la política.