Durante estos días los partidos acostumbran a realizar análisis de los resultados electorales, normalmente se intentan justificar los resultados haciendo especial énfasis en lo que interesa para salvar la situación.
Creo que en el caso del PSC en Rubí, los resultados han sido claramente negativos y a pesar de continuar siendo el primer partido, la bajada en votos y porcentaje es muy elevada. Lo suficiente como para empezar un proceso serio de debate.
La autocrítica la considero buena, saludable e incluso necesaria para que las organizaciones pisen de pies al suelo y estén en contacto con la realidad.
Un análisis pormenorizado de los resultados en Rubí es necesario realizarlo dentro del partido, en un escrito como éste sería extenso y pesado.
A mi parecer debemos ver varios planos en estas elecciones, por una parte un plano que implica a todos los políticos y que es la desafección de parte del electorado con la política en general, podríamos decir que es la triunfadora de las elecciones con más del 50% de abstención. Los motivos son variados, creo que en muchos casos con razón, el ciudadano percibe a los políticos como un grupúsculo que defiende sus intereses particulares y no los generales. Muchas veces la política local les proporciona ejemplos cercanos, otras es la política nacional con actitudes poco éticas.
Existe otro plano que podríamos decir que es el desprestigio del partido socialista a nivel nacional, con el paro y la crisis como telón de fondo que por supuesto pasa factura al que está en el poder.
Pero si nos paramos solo en los elementos anteriormente expuestos y obviamos los propiamente locales, nos estaríamos engañando nosotros mismos y desde luego, el autoengaño no es la mejor forma de avanzar. La crisis, el paro, Zapatero etc, pueden ser motivo de una parte dela bajada del PSC de Rubí, pero no debemos olvidar que éstas eran unas elecciones locales y que el electorado ha dado muestras más que suficientes de cambiar el voto en función del ámbito electoral, tenemos ejemplos múltiples de ello como corresponde a una sociedad políticamente madura.
Por tanto debemos concluir, que parte de la bajada al menos, es un castigo a la forma de gobierno local. Ayuntamientos socialistas del entorno se han mantenido o han perdido poco. El análisis detallado, es lo que en un futuro nos podría evita caer de nuevo en los mismos errores.
Creo que a nivel general, debemos encabezar una serie de cambios que están demandando el movimiento de indignados y que un partido de izquierda como el PSC debería apoyar abiertamente (no de forma tímida), como la reforma de la ley electoral, haciéndola más proporcional o limitar el mandato de los políticos, ocho años me parece un periodo más que razonable.
A nivel local, debemos comenzar un debate inmediato sobre las medidas a tomar, que deben ir por el camino de dar al partido una preponderancia en la acción política sobre el grupo municipal. No obviar ningún tipo de discusión, dando pie al militante a expresar sus ideas sin ninguna cortapisa. Incluyendo la crítica a los cargos elegidos, que deben rendir cuentas periódicamente a los militantes. Dando a la ejecutiva y a la asamblea su justo valor e intentando reconducir al partido a personas, que las diferentes crisis habían ido dejando apartadas, para conseguir un partido realmente unido. Todo esto junto a medidas como, por ejemplo, puede ser comenzar el debate sobre las listas abiertas en las municipales. Por supuesto esto es solo un esbozo, tiempo habrá de confrontar opiniones y profundizar en el debate.
Creo que en el caso del PSC en Rubí, los resultados han sido claramente negativos y a pesar de continuar siendo el primer partido, la bajada en votos y porcentaje es muy elevada. Lo suficiente como para empezar un proceso serio de debate.
La autocrítica la considero buena, saludable e incluso necesaria para que las organizaciones pisen de pies al suelo y estén en contacto con la realidad.
Un análisis pormenorizado de los resultados en Rubí es necesario realizarlo dentro del partido, en un escrito como éste sería extenso y pesado.
A mi parecer debemos ver varios planos en estas elecciones, por una parte un plano que implica a todos los políticos y que es la desafección de parte del electorado con la política en general, podríamos decir que es la triunfadora de las elecciones con más del 50% de abstención. Los motivos son variados, creo que en muchos casos con razón, el ciudadano percibe a los políticos como un grupúsculo que defiende sus intereses particulares y no los generales. Muchas veces la política local les proporciona ejemplos cercanos, otras es la política nacional con actitudes poco éticas.
Existe otro plano que podríamos decir que es el desprestigio del partido socialista a nivel nacional, con el paro y la crisis como telón de fondo que por supuesto pasa factura al que está en el poder.
Pero si nos paramos solo en los elementos anteriormente expuestos y obviamos los propiamente locales, nos estaríamos engañando nosotros mismos y desde luego, el autoengaño no es la mejor forma de avanzar. La crisis, el paro, Zapatero etc, pueden ser motivo de una parte dela bajada del PSC de Rubí, pero no debemos olvidar que éstas eran unas elecciones locales y que el electorado ha dado muestras más que suficientes de cambiar el voto en función del ámbito electoral, tenemos ejemplos múltiples de ello como corresponde a una sociedad políticamente madura.
Por tanto debemos concluir, que parte de la bajada al menos, es un castigo a la forma de gobierno local. Ayuntamientos socialistas del entorno se han mantenido o han perdido poco. El análisis detallado, es lo que en un futuro nos podría evita caer de nuevo en los mismos errores.
Creo que a nivel general, debemos encabezar una serie de cambios que están demandando el movimiento de indignados y que un partido de izquierda como el PSC debería apoyar abiertamente (no de forma tímida), como la reforma de la ley electoral, haciéndola más proporcional o limitar el mandato de los políticos, ocho años me parece un periodo más que razonable.
A nivel local, debemos comenzar un debate inmediato sobre las medidas a tomar, que deben ir por el camino de dar al partido una preponderancia en la acción política sobre el grupo municipal. No obviar ningún tipo de discusión, dando pie al militante a expresar sus ideas sin ninguna cortapisa. Incluyendo la crítica a los cargos elegidos, que deben rendir cuentas periódicamente a los militantes. Dando a la ejecutiva y a la asamblea su justo valor e intentando reconducir al partido a personas, que las diferentes crisis habían ido dejando apartadas, para conseguir un partido realmente unido. Todo esto junto a medidas como, por ejemplo, puede ser comenzar el debate sobre las listas abiertas en las municipales. Por supuesto esto es solo un esbozo, tiempo habrá de confrontar opiniones y profundizar en el debate.