El gran crecimiento económico del mundo occidental de los últimos años, estaba generando un estado de opinión en el cual la política se había convertido en algo secundario, lo importante era la productividad y la eficacia. La sensación, o al menos como la percibía yo, era que el “fin de la historia” había calado hondo.
Creo que la generalización social del bienestar, llevó a una relajación de la reivindicación política ; la sociedad poco a poco se fue volviendo más egoísta. Lo personal fue ganando terreno a lo social, lo particular a lo común.
Esto generó un ambiente en el cual parecía que todos los partidos competían en el mismo campo de juego, un capitalismo incuestionable, al cual dependiendo de la ideología se le ponían algunos matices. Por supuesto, no se cuestionaba la base.
El mensaje de que la desigualdad social es natural, a “quien Dios se la de San Pedro se la bendiga”, se ha ido imponiendo. Todo por la eficacia y la productividad. El mensaje político, paulatinamente ha sido arrinconado. Palabras como solidaridad o conciencia social han perdido significado, no eran necesarias en el mejor de los mundos posibles. Las bolsas de pobreza quedaban en muchos casos lejos, y la miseria cercana siempre era por culpa del individuo.
Creo que esta teoría imperante que ha ido creciendo, desde un egoísmo personalista y nada solidario, tiene ahora una oportunidad de ser contrarrestada. Esta crisis volverá a poner sobre la mesa la importancia de palabras como solidaridad o estado social. Ahora tenemos la posibilidad de hacer resurgir movimientos sociales, de demostrar que desde el estado se puede ayudar al individuo, y que desde posturas individualistas y egoístas es difícil salir de la crisis. Se necesita la ayuda de todos y un estado fuerte capaz de distribuir la riqueza y ayudar al más débil.
Como ha dicho Zapatero, la respuesta socialista a la crisis debe ser más cohesión social. No podemos salir de esta difícil situación económica solo a costa de una parte de la sociedad. No tiene sentido para un socialista una salida de la crisis a costa de unos pocos y de más desigualdad social.
Creo que la generalización social del bienestar, llevó a una relajación de la reivindicación política ; la sociedad poco a poco se fue volviendo más egoísta. Lo personal fue ganando terreno a lo social, lo particular a lo común.
Esto generó un ambiente en el cual parecía que todos los partidos competían en el mismo campo de juego, un capitalismo incuestionable, al cual dependiendo de la ideología se le ponían algunos matices. Por supuesto, no se cuestionaba la base.
El mensaje de que la desigualdad social es natural, a “quien Dios se la de San Pedro se la bendiga”, se ha ido imponiendo. Todo por la eficacia y la productividad. El mensaje político, paulatinamente ha sido arrinconado. Palabras como solidaridad o conciencia social han perdido significado, no eran necesarias en el mejor de los mundos posibles. Las bolsas de pobreza quedaban en muchos casos lejos, y la miseria cercana siempre era por culpa del individuo.
Creo que esta teoría imperante que ha ido creciendo, desde un egoísmo personalista y nada solidario, tiene ahora una oportunidad de ser contrarrestada. Esta crisis volverá a poner sobre la mesa la importancia de palabras como solidaridad o estado social. Ahora tenemos la posibilidad de hacer resurgir movimientos sociales, de demostrar que desde el estado se puede ayudar al individuo, y que desde posturas individualistas y egoístas es difícil salir de la crisis. Se necesita la ayuda de todos y un estado fuerte capaz de distribuir la riqueza y ayudar al más débil.
Como ha dicho Zapatero, la respuesta socialista a la crisis debe ser más cohesión social. No podemos salir de esta difícil situación económica solo a costa de una parte de la sociedad. No tiene sentido para un socialista una salida de la crisis a costa de unos pocos y de más desigualdad social.
Visto con perspectiva tienes toda la razón: hemos vivido en una especie de burbuja insolidaria, individualista, egoísta... pero hay que ver lo que nos ha costado que nos diéramos cuenta! El bofetón de la crisis tiene su parte buena, creo que debe hacernos plantear muchas cosas y especialmente espero que no volvamos a caer en los "felices" últimos años de los 90 y principios del 2000: punta del iceberg de las políticas "neocon" que nos han llevado a tal punto que muchos parecen olvidar los efectos tan negativos que estan provocando en la actualidad.
ResponderEliminarY sí, por supuesto, la salida a la crisis debe ser social y solamente social... Por cierto, desafortunadas las declaraciones del responsable de la Patronal de Madrid planteando una especie de contrato basura para un momento de crisis. Lo mejor de todo es que le han preguntado si una vez finalizada esta coyuntura económica el contrato volvería a su estado "natural", la respuesta ha sido un no... sinceramente no entiendo porque es tan prioritario cambiar el modelo laboral como en cambio sí lo es modificar nuestro modelo productivo. Será verdad aquello de que "a río revuelto ganancia de pescadores..."